Hoy en la tarde, los Rayados saltarán al campo del BBVA con una sola misión: dar alegría a una afición abrumada.
Después del histórico campeonato de diciembre, la afición rayada ha visto como, poco a poco, se derrumban las altísimas expectativas. Al punto que, hoy en día, el bicampeonato luce lejano.
En medio de este entorno, la Copa MX luce como una tabla flotando en medio de un mar picado. Las alegrías que Rayados dé en la copa restarán acidez a las críticas, y, en teoría, despertará el instinto asesino de sus jugadores.
En estricto orden, la primera misión del Monterrey es ganar la Copa; y conseguirlo pondrá a la institución en el camino a ganar, mínimo, un trofeo cada semestre.
El confeti del campeonato
Cuando escuchamos que los jugadores de Rayados aun “tienen confeti” en la cabeza, nos estamos cerrando a muchos otros factores y lo adjudicamos a “una simple desconcentración”; y esto, es una forma de minimizar el problema.
¿En realidad la plantilla estaba preparada para la doble competencia de diciembre? ¿En qué grado esos triunfos fueron calidad en el planteamiento, motivación, o un fuego interno por sacudirse la presión de medios y tribuna?
Parece que olvidamos lo increíble y poco probable que fueron ese partido ante el Liverpool, y aquella final ante el América. Sobre todo, tomando en cuenta el juego que mostraba el equipo bajo la dirección de Diego Alonso.
Cada quien tiene una opinión, y esa opinión puede ser tan radical como uno quiera. Pero, en realidad, la cabeza de Mohamed no estará en juego este semestre. La misión de directivos, técnico y plantilla en Rayados, es sumar alegrías a las ya proporcionadas en diciembre… y la Copa MX está al alcance de la mano.